La gran potencia de cálculo, los procesadores masivos en paralelo y la memoria de alta velocidad de las GPU permiten a las empresas petrolíferas y de gas visualizar y analizar petabytes de datos de localización de pozos en milisegundos e implementar algoritmos avanzados para localizar fallas en estructuras subterráneas. Esto se traduce en licitaciones de arrendamiento más eficaces, mayores ingresos por servicios y, en última instancia, mayores posibilidades de obtener petróleo a un menor coste de producción por barril.