Históricamente, la inspección de vías ferroviarias siempre depende en gran medida de procesos manuales y visuales que requieren mucha mano de obra y son ineficientes. Las operaciones de carga se detienen para que los vagones especializados puedan recorrer las rutas, lo que supone un coste enorme de oportunidad. Inspectores bien entrenados deben revisar meticulosamente rieles, sujeciones y balastos para detectar fallos, seguir procedimientos de seguridad estrictos y registrar problemas de forma manual. Este método manual no es escalable, está limitado por el número de inspectores calificados cuyas habilidades estarían mejor asignadas a otras áreas del negocio.
Los ferrocarriles de clase I de Norteamérica disponen de más de 140 000 millas vigiladas por siete empresas diferentes. Si bien el gobierno federal establece estándares que todos deben cumplir, depende de esas empresas encontrar, clasificar y, en última instancia, defenderse de la entropía. El extenso sistema plantea desafíos únicos en inspección y mantenimiento en millones de millas de terreno diverso. El status quo de la inspección de vías contribuye a más de 1000 incidentes ferroviarios anualmente.
Para transformar verdaderamente la seguridad y eficiencia ferroviarias, la industria necesita una transformación digital.
«Estamos tratando de cambiar nuestro negocio. El negocio del hardware es un negocio que se realiza una sola vez, mientras que el software y la tecnología digital son negocios sostenible». — Ryoji Negi, propietario de productos, Kawasaki