Con la IA, conducir se convierte en mucho más que ir de A a B. La IA añade una sólida capa de seguridad, que actúa como un par de ojos y oídos adicionales cuando la atención del conductor se centra en otra cosa. Puede encargarse de las tareas de conducción, lo que permite a los conductores centrarse en el trabajo o la diversión. Puede hacer que los viajes sean más eficientes, encontrar rutas óptimas y aliviar la congestión del tráfico. En conjunto, estas ventajas pueden transformar drásticamente el transporte, al convertir el automóvil de un simple vehículo en un espacio completamente nuevo para vivir y trabajar.
Gracias a los avances en deep learning y desarrollo de la GPU, esta nueva era de los desplazamientos será posible antes. Las empresas están integrando la IA en todos los niveles del diseño, la fabricación y la conducción de vehículos.