El género battle royale ha despegado durante el último par de años con juegos tales como PlayerUnknown’s Battlegrounds, Fortnite, Call of Duty: Black Ops 4 - Blackout and Apex Legends que atraen a millones de usuarios cada día. La premisa de estos juegos es bastante sencilla: te encuentras en el campo de batalla, solo o como parte de un pelotón, decidido a ser la última persona o el último equipo que queda en pie. Tendrás que explorar la zona en busca de restos de armas de supervivencia mientras destruyes (o esquivas) a los oponentes que puedan cruzarse en tu camino. Esto te sumerge en un juego intenso y frenético donde la rapidez de reacción puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.
Para lograr una «victoria incontestable» quieres toda la ayuda posible. Que consigas tu arma favorita, la armadura de nivel 3 y una posición ventajosa resultan decisivos, ¿pero cómo incide el factor hardware en tu derrota o victoria en battle royale?
Durante muchos años, los profesionales de los esports han ajustado su hardware a frecuencias de frames extremadamente altas (144 o incluso 240 FPS) y emparejan el hardware con monitores cuya tasa de refresco es alta. De hecho, ProSettings.net y ProSettings.com informan de que el 99 % de profesionales de battle royale (Fortnite, PUBG y Apex Legends) utilizan monitores de 144 Hz o más y un 30 % utilizan monitores de 240 Hz. Esto se debe a que, al ejecutar un juego, se produce un intrincado proceso en el PC desde el momento en que se presiona el teclado o se mueve el ratón hasta que se ve un frame actualizado en la pantalla. Llaman «latencia» a este período de tiempo y cuanto menor sea la latencia, mejores serán los tiempos de respuesta.
Los juegos más modernos, «Game Engine», «Direct X Render» y «GPU», tienen todos la misma latencia. Cuanto más rápida sea la GPU, menos tardarán estos procesos en realizarse y más rápidamente se verán las imágenes actualizadas en el monitor y podrás reaccionar. Por consiguiente, tu GPU es el elemento más importante para reducir la latencia. Más adelante, puedes ver como la latencia integral de un sistema cambia en función de la GPU.
La latencia de un sistema con una tarjeta gráfica NVIDIA RTX se reduce a la mitad en comparación con una GeForce GTX 750 Ti y es casi seis veces inferior a la de un sistema sin GPU GeForce. Así que una forma infalible de reducir la latencia es conseguir frecuencias de frames más altas, actualizando la GPU u otros componentes que puedan estar restringiendo el número de FPS.
Al trabajar con profesionales a través del equipo de investigación de NVIDIA y Esports Studio, hemos observado las ventajas que supone tener tasas de refresco y FPS altos en cuanto a pruebas de percepción y puntería directas. En pruebas A/B ciegas, los profesionales de nuestros laboratorios han podido discernir con coherencia y apreciar las ventajas de una reducción de latencia de apenas unos milisegundos.
¿Pero que implican las frecuencias de frames más altas y la menor latencia a efectos de tu competitividad en battle royale? He aquí algunas ideas:
Por ello, con los juegos battle royale, que se basan en gran medida en los tiempos de reacción y la posibilidad de detectar rápidamente a un enemigo, conviene jugar a 144 FPS o más.