Durante años, los jugadores pensaban que el número mágico de FPS que había que superar era 60 FPS, y muchos creían que solo se necesitaban 144 FPS si se pretendía competir en torneos de esports. Sin embargo, tal y como se refleja en este artículo, los jugadores normales de battle royale que utilizan tarjetas gráficas rápidas y monitores cuya tasa de refresco es alta tienden a conseguir mejores resultados que los jugadores que utilizan tarjetas gráficas anteriores y más lentas con pantallas de 60 Hz.
En otras palabras, si juegas a battle royale y quieres sacar lo mejor de ti, debes optimizar tu sistema a más de 144 FPS y emparejarlo con un monitor de 144 Hz. Además, para brindar el mejor rendimiento, los monitores de 240 Hz ofrecen un impulso adicional, aunque se necesitará una tarjeta gráfica lo bastante potente que se ejecute continuamente a 240 FPS para sacar el máximo partido de ella.
Estos datos no implican que con solo actualizar tu GPU te convertirás en un mejor jugador. Pero, hagas lo que hagas, es fácil apreciar la relación entre el hardware que se usa y el porcentaje de asesinatos frente a muertes: disponer del hardware correcto permite conseguir el mayor número de FPS y la menor latencia, y eso puede ayudarte a alcanzar todo tu potencial en el campo de batalla.
Si has actualizado recientemente tu hardware, nos encantaría que nos dijeses si te ha ayudado a mejorar tu juego en battle royale y que pudiéramos comparar tus notas con nuestro propio análisis.