Juego tras juego, Turing proporciona grandes ventajas de rendimiento (mira el gráfico superior). Esas cifras aumentan todavía más con el supermuestreo de deep learning o DLSS, que se presentó el lunes.
DLSS aprovecha la capacidad de nuestros núcleos Tensor para usar IA. En este caso, se utiliza para desarrollar una red neuronal que aprende por sí sola cómo representar un juego. Suaviza los bordes de los objetos representados y aumenta el rendimiento.
Este es un ejemplo de cómo Turing puede lograr lo que no puede ninguna otra GPU. Por ello, es difícil medir el pleno rendimiento de Turing.
Pero, si nos fijamos en los juegos de PC actuales, para los que hace tiempo que se han medido los resultados de las GPU que no cuentan con las capacidades de Turing, es evidente que Turing es la bestia absoluta.
¡Prepárate para oír sus rugidos!