La eficiencia energética es de vital importancia en el mundo de las GPU. Con una mejor eficiencia energética, se genera menos calor, lo que significa que la GPU puede alcanzar niveles más altos de rendimiento. Como resultado, aumentan los valores de frecuencias y los diseñadores de GPU pueden aprovechar la capacidad térmica y de potencia para agregar más núcleos de ray tracing y otras mejoras al chip.
La eficiencia energética proviene de todos los aspectos del diseño de una tarjeta gráfica, no solo del tamaño del nodo de proceso en el que se construyó. En el caso de las tarjetas gráficas GeForce RTX, numerosas innovaciones en la industria permiten una eficiencia de rendimiento sin precedentes en un nodo de proceso de 12 nm, que, hasta la fecha, sigue siendo más eficiente que cualquier otra arquitectura. Y, por supuesto, con una mayor eficiencia de rendimiento, se obtiene un mejor rendimiento general por vatio, lo que le brinda más cuadros por cada watt de potencia.
En total, esto significa que obtienes una GPU más rápida que funciona a temperaturas más bajas, lo que permite un funcionamiento del ventilador más silencioso. A su vez, esto garantiza que el ruido del ventilador no tape los sonidos del juego. Cuando no estás jugando, la GPU tiene un funcionamiento más silencioso o incluso inactivo, y emite menos calor, un detalle que todos podemos apreciar en los calurosos días de verano.